miércoles, 7 de mayo de 2014

Angelmanías

Todos tenemos  manías, rarezas o preocupaciones caprichosas de las que a veces no somos conscientes hasta que alguien las destaca; algunas nos acompañan desde pequeños y, aunque parecen banales, dicen mucho de nuestra personalidad. Normalmente podemos controlar nuestras manías y no representan ningún problema para nosotros, pero en ocasiones pueden convertirse en obsesiones que perjudican a algunas personas en su vida cotidiana.
En el caso de los discapacitados, las manías son también pequeños actos que se realizan de forma repetitiva y rutinaria y, normalmente, les aporta seguridad y tranquilidad.
Las manías de Alberto suelen ser llevaderas y no tienen mucha importancia, pero en ocasiones son capaces de sacarnos de nuestras casillas.
La mayoría se relacionan con las cosas que le gusta llevar en la mano cuando salimos de paseo. Tuvo una temporada que iba con la guía Campsa a todas partes, cuando no era con el suplemento dominical (siempre del periódico El Mundo, nunca de otro). Cuando nos sentábamos en una cafetería a tomar algo, él se ponía a ojearlo, y daba la impresión de que lo entendía. Hubo unos meses en los que siempre llevaba dos o tres discos de algodón y no había manera de quitárselos, ¡hasta dormía agarrado a ellos!.
También tiene manías con las comidas; le encanta la tortilla de patata, pero cuando le partimos un trozo "tiene" que comer sin perder de vista el resto de la tortilla.
Por la casa le puedes ver pasear con objetos de lo más variopintos, desde una foto en la que está con su padre, a mi bote de laca o a su cazadora vaquera. A veces con todos a la vez. Incluso duerme en ocasiones rodeado de todos estos "tesoros".
Cuando salimos de paseo suele ir de nuestra mano, pero a veces le gusta caminar solo y entonces nunca quiere cambiar de dirección, solo seguir y seguir por el mismo camino.
Todas estas manías han sido pasajeras y unas han ido sustituyendo a otras. A veces es fácil convencerle de que no las siga, pero otras se pone tan cabezota que resultan irritantes.
El ser humano es un ser de hábitos y costumbres, pero como podéis comprobar, los ángeles tienen también sus rarezas.





 
Hoy toca cine en mi trocito de cielo. El otro día vi una película preciosa que me encantó. Se trata de "La ladrona de libros", dirigida por Brian Percival y estrenada en el 2013. El poder de las palabras se convierte en una forma de escapar de los tumultuosos eventos que rodean a una niña, que acaba de ser adoptada en la Alemania de la II guerra mundial. Os la recomiendo.
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Estoy pensando que a lo mejor los raros somos nosotros y que no sabemos entender a los genios.
    Vaya colección más chula de fotos de Alberto que tienes. Me encanta verle sonreír.

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  2. Y esos son manías!!! Si yo te contara las mías y las de algunas niñas que conozco de cerca!!! Tener manías es tener personalidad!!! Y parece que Alberto la tiene eh!!

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