viernes, 5 de septiembre de 2014

Recuerdos del verano

Los días se acortan, anunciando el final del verano. La vuelta al trabajo obliga el regreso a las rutinas y las prisas. En la retina aún  quedan retazos de un verano lleno de buenos momentos junto a Alberto, momentos que nos han llenado de energía para retomar con vitalidad nuestro ritmo habitual.
 Hemos disfrutado de la tranquilidad, de los días largos, de los paseos por la playa, de las comidas junto a una ventana con vistas, de la compañía de buenos amigos, de barbacoas en la terraza....pero sobre todo hemos disfrutado de ti, Alberto, de tu alegría en los encuentros con amigos o familiares y de tu mirada sorprendida en los sitios que eran nuevos para ti. 
El otoño nos traerá nuevas aventuras y nuevos retos, que siempre compartiremos con la misma alegría que nos has regalado en este verano que, una vez más, gracias a ti, ha sido  maravilloso.















Reivindico el uso del término "Más-capacitados" en detrimento del de "Discapacitados" y la razón la puedes encontrar en mi trocito de cielo de hoy, en la que quiero mostrar fotografías de César, un chico con síndrome de Down que, cuando lleva su cámara por la ciudad, es capaz de descubrir detalles que a los demás se nos pasan desapercibidos.
Si te gustan sus fotos puedes ver más en este enlace:















miércoles, 20 de agosto de 2014

El roble del ángel


Érase una vez un bosque de robles fuertes y majestuosos, un bosque en el que cada día, justo cuando el último momento de oscuridad abrazaba al alba, miles de ángeles se reunían para absorber la magia y la sabiduría que los robles añejos  desprendían. Desde allí partían cada uno a su misión que no era sino proteger a quienes les habían sido asignados. En el bosque comentaban unos y otros los pormenores de su tarea y compartían alegres la belleza de su labor.
Un joven ángel, que recientemente había conseguido sus alas, sin embargo, cada mañana se mantenía alejado del resto con gesto apagado y triste. Cierto día, el ángel más sabio se acercó a él y le preguntó cuál era la causa de su tristeza.
- El humano al que debo proteger es un niño... no sé muy bien cómo debo actuar con él.
- Es que ¿acaso es de  carácter rebelde y temes no dirigirle por el buen camino?
- No, no, es un niño con un corazón noble y de una inocencia pura; su sonrisa es dulce y su alma transparente...pero está enfermo, no sabe hablar como los demás, ni corretea por las calles como los otros niños. Me entristece ver que no es capaz de hacer las cosas que hace la mayoría.
El ángel mayor le sonrió y se alejó de él sin darle ningún consejo. Estaba seguro de que el joven ángel sabría encontrar la manera de proteger a un niño así.
Cada noche el ángel se sentaba en una esquina de la cama y contemplaba al niño; su pena por él bajaba desde su mirada y se extendía por toda la habitación, pintando las paredes de tristeza. Sin embargo, durante el día le regalaba mañanas soleadas y cálidas, para que pudiera verlas desde su ventana y le enviaba gorriones a su balcón, para que se posaran en su regazo.
Una mañana, el primer rayo de sol se coló en la habitación, se paseó por el techo, por las paredes y se tumbó en la cama, junto al ángel, al que el sueño había vencido unos minutos antes. Este se despertó y notó una leve presión en la mano. El niño se la había cogido dulcemente justo antes de que el último aliento de vida diera color a sus mejillas.
El ángel besó la frente del niño y la tristeza vino a abrazarlo. Regresó al bosque de robles y se tumbó en un claro a llorar su duelo.
 Allí estuvo días y noches, peinando sus alas de melancolía y soledad, hasta que sólo quedó de él su corazón, vestido con el recuerdo de otro que fue puro y noble, que sirvió de simiente a un roble fuerte y robusto.
Y quiso Dios que el fuerte viento y las tormentas respetaran aquel roble que creció durante años, alcanzando sus ramas gran altura y su tronco un diámetro extraordinario. Desde entonces, aquel que se sienta a la sombra de tan majestuoso roble, puede percibir todo el amor que quedó depositado en aquel rincón del bosque, allí, bajo el Roble del Ángel.

                                                                     -Conchi-





El Roble del Ángel está en Carolina del Sur y está considerado como el roble más antiguo del mundo. Su edad aproximada es de 1.500 años. Ha sobrevivido a inundaciones y huracanes, como el huracán Hugo. 
En primavera se realizan en torno al roble diferentes eventos como el festival Atardecer junto al roble del Ángel. 

En mi trocito de cielo de hoy, una canción que me ha acompañado durante todo el verano. Se trata de "Wings" de la jovencísima cantante y compositora inglesa conocida como Birdy. Os dejo el enlace para que disfrutéis de este tema.
https://www.youtube.com/watch?v=WJTXDCh2YiA
 

lunes, 11 de agosto de 2014

La marca del ángel

Existe una antigua leyenda sufí, según la cual ,antes de venir al mundo, los seres humanos conocemos el número exacto de las estrellas del firmamento y el de los granos de arena de todas las playas del planeta; lo sabemos todo acerca de los mares y de los cielos y de la historia del hombre, y poseemos las respuestas a todos los  misterios que espolean la imaginación de la humanidad desde hace milenios.  En el momento en el que nacemos, un ángel  desciende sobre nosotros, nos sella la boca con su dedo índice y extrae mediante él, todo el conocimiento almacenado en nuestras cabecitas, mientras nos susurra al oído:
 "¡Ssshh! ¡No cuentes lo que sabes! ¡Olvida! ¡Aprende!".
Dice dicha leyenda que la hendidura que todos tenemos entre la nariz y el labio superior es el lugar en el que el ángel pone su dedo: la marca del ángel.



Si creemos la leyenda podríamos pensar que algunos ángeles anduvieron un tanto despistados o que se excedieron en su cometido ya que, además de extraer el conocimiento almacenado, a algunas personas sus ángeles les privaron de las habilidades necesarias para recibir, procesar, responder o comunicar información, con lo que aquellas personas sufrieron dificultades para aprender y usar ciertas destrezas, como la lectura, el habla, la ortografía, la audición, el razonamiento o las matemáticas. Esas dificultades pueden ser el resultado de una discapacidad para el aprendizaje.

Como no me gustaría pensar que estas personas han tenido que esforzarse mil veces más que los demás en aprender aquellos conocimientos que ya poseían antes de su nacimiento, por culpa del descuido caprichoso de sus ángeles de la guarda, y como mi ánimo romántico, que es muy dado a la ensoñación y la fantasía, me lleva a creer en mejores historias que esa , prefiero pensar que, en realidad, son las personas discapacitadas, cual ángeles en prácticas, las que nos ayudan a nosotros a aprender aquellas cosas que no descubrimos en la escuela, en los libros o en los tratados. De ellos aprendemos la capacidad de sorpresa por lo cotidiano. Aprendemos paciencia en un mundo que se rinde a las prisas. Aprendemos amor desinteresado en una vida en la que priman los intereses. Aprendemos la constancia en un mundo que premia la rapidez. Aprendemos a valorar los pequeños logros en un mundo en el que solo los mejores, los número uno, son valorados. Aprendemos entusiasmo por lo sencillo cuando muchos están de vuelta y creen saberlo todo.
 Tal vez, los sabios sufíes olvidaron añadir esta parte a su leyenda, aquella que dice que los ángeles seleccionaron a unos elegidos para susurrarles al nacer: "¡Enseña!"





Hoy en mi trocito de cielo os recomiendo un paseo por la villa medieval de Pedraza, en Segovia. Cualquier momento es bueno para visitar esta localidad amurallada y custodiada por un castillo; además sus callejuelas, la plaza y la puerta de la villa hacen que este pueblo sea especial y romántico.
Una estupenda opción para pasar un día diferente.








miércoles, 6 de agosto de 2014

La columna del ángel

La columna de la Victoria de Berlín se encuentra en el centro de la capital alemana y fue construida para conmemorar la victoria prusiana en Sedán. A una altura de 69 metros se alza la conocida figura del ángel dorado de su cima con una guirnalda de victoria en la mano.
Esta escultura dorada aparece en la película Cielo sobre Berlín, en la que se la presenta como punto de reunión de ángeles.
En otra ciudad europea, en París, concretamente en la plaza de la Bastilla, una columna similar está rematada en su parte superior por el "Espíritu de la libertad", una escultura dorada que representa a un ángel.
Hay que recorrer más de nueve mil kilómetros para dar con otra Columna de la Victoria, se trata del Monumento a la Independencia de la ciudad de México. Está coronada por una figura alada conocida popularmente con el nombre de El Ángel.
 
 
 
 
 
 
 
A los tres monumentos les hermana no sólo la forma y altura, sino su sentido simbólico de libertad e independencia.
De igual modo, las tres esculturas se sujetan en columnas poderosas, rectas, capaces de soportar el peso de estas bellas imágenes.
A mi pequeño ángel no le sujeta una columna tan fuerte y esbelta. Su columna vertebral es sinuosa y débil y, con el tiempo y las malas posturas, la curvatura se ha hecho mayor. La escoliosis es una desviación de la columna vertebral, que resulta curvada en forma de "S" o de "C". Hace unos años nos recomendaron el uso de un corsé ortopédico para intentar que la curvatura no progresara. El corsé debe usarse durante todo el día, incluso para dormir.
Sin embargo, la espalda ha ido empeorando y ahora los médicos nos han hablado de la posible necesidad de operarle. Esta operación es complicada y la recuperación es lenta y dolorosa, por lo que estamos a la espera de saber la valoración que haga de ello el cirujano, teniendo en cuenta las características de Alberto, su desarrollo neuromuscular y las contraindicaciones que una intervención así pudiera tener. Él, mientras tanto, sigue su vida, sin quejarse nunca de tener que llevar el corsé, a pesar del calor que da llevarlo o la rigidez del mismo.
Ojalá su columna fuera fuerte y este ángel pudiera brillar como los ángeles de aquellos conocidos monumentos; ojalá tuviera, como ellos, sus alas, para poder volar donde él quisiera.
Pero por el momento, tus papis serán el apoyo en el que puedas sujetarte, las manos que te ayudarán en cada paso.
 

 
 
 
 
En mi trocito de cielo de hoy me apetecía volver a escuchar esta canción de hace unos años; se trata de "Puede ser" cantada por Dani Martín y Amaia Montero.
 
 
 
 
 

jueves, 24 de julio de 2014

Detalles de ángel

La vida se viste con pequeños detalles, se alimenta de los gestos que los demás tienen con nosotros, pero sobre todo, se llena con los que nosotros tenemos hacia los demás. Una sonrisa, una palabra de ánimo, un apretón de manos...puede hacer que todo cambie, puede marcar la diferencia.
Vivimos tan absortos en nosotros mismos que son pocas las veces que nos preguntamos cuáles son las necesidades de los que viven a nuestro lado; tan preocupados estamos de resolver nuestros problemas, de superar el día a día, de vencer nuestros miedos, que hasta nos creemos con más derechos que los demás para recibir atenciones o ayuda. No nos damos cuenta de la felicidad que genera el simple hecho de pensar en alguien y ofrecerle un pequeño detalle. Y no me refiero a un detalle material, sino a un gesto que haga saber al otro que cuenta contigo. Si esa pequeña acción supone un esfuerzo o sacrificio para ti y, sin embargo, te produce una extraña sensación de bienestar, la recompensa es aún mayor. Cuando la persona que recibe un detalle de ti se da cuenta que has pensado en ella, se sentirá valorada y amada. ¿Puede haber mejor regalo?
Son muchos los que, por miedo a que su gesto no sea gratificado, no se plantean actuar de este modo y pierden así la oportunidad de un momento de felicidad.
No es necesario tener que agradecer al otro algo para tener un detalle, podemos tenerlo simplemente porque sí, porque queremos hacer que la otra persona se sienta un poco más feliz; esos pequeños gestos tienen un gran valor para el que los recibe si salen del corazón.
 
Este verano hemos recibido uno de esos pequeños obsequios, en este caso, para nosotros y, sobre todo, para Alberto, ha sido enorme. Nuestros amigos sabían de las ganas que teníamos desde hace tiempo de pasar con ellos unos días de vacaciones, pero las fechas nunca coincidían. Cuando ya llevábamos un par de días en la playa nos dieron una preciosa sorpresa y sin avisar, se presentaron allí. Lo habían organizado todo sin decirnos nada, hasta nos hablaron de que este año viajarían a otra zona, así que nuestra alegría al verlos fue enorme. Pero el que más lo agradeció fue Alberto, a quien le encanta estar con ellos, y ha disfrutado mucho. Su sonrisa lo dice todo.

 La gente generalmente olvida las palabras, las promesas se pierden en el tiempo; lo que siempre permanece es cómo  te hicieron sentir.









 
 
 Mi trocito de cielo se va hoy al cine con "La cara oculta" un thriller psicológico de Andi Baiz, protagonizado por Quim Gutiérrez y Clara Lago. No os pongo ningún tráiler, porque destrozan un poco el misterio de la película. Espero que os guste tanto como a mí.
 
 

domingo, 29 de junio de 2014

Veraneangelando

Recuerdo aquellos largos veranos de mi infancia en los que el tiempo parecía infinito y los niños jugábamos en la calle sin preocupaciones, con el único afán de disfrutar del tiempo libre al máximo. Recuerdo mis temporadas en el pueblo o las larguísimas tardes con mis amigos en la calle, cuando el tiempo se detenía y la imaginación se hacía dueña de tantos momentos.  Así transcurrían nuestros veranos, sin relojes que repartieran nuestras mañanas  entre campamentos, talleres o actividades lúdicas.  Pero los tiempos han cambiado y los padres ahora buscamos cómo "entretener" a nuestros hijos, pues con el verano llega también la preocupación de muchos padres por saber cómo conciliar la vida familiar y la vida laboral.
 
Por suerte, cada vez son más los servicios y programas que ofrecen actividades de ocio y tiempo libre para discapacitados, aunque siguen siendo insuficientes, sobre todo para discapacitados sin autonomía física.
El ocio de las personas con discapacidad debería tener las mismas características que el de cualquier otra persona, puesto que también es importante para su desarrollo  y  bienestar .
Es importante no olvidar a las familias, ya que son las que soportan en mayor medida la tarea de cuidar a un discapacitado, en detrimento de su propio tiempo libre. Si las personas dependientes cuentan con un tiempo de ocio,también lo es para aquellos que viven por y para su hijo, hermano o padre, con lo que a menudo renuncian a su tiempo libre por consagrar cada minuto a su familiar. 
Alberto acude en estos días al colegio de verano, en el que realiza, junto con otros niños, actividades lúdicas, juegos, talleres de cocina, se baña en la piscina ....
Estos campamentos urbanos están, en muchos casos, dirigidos por personal voluntario, gente generosa que prefiere ocupar parte de sus vacaciones en ayudar a niños y jóvenes con discapacidad, gente comprometida que ofrece su tiempo y su cariño a aquellos que lo necesitan. Con ello facilitan y apoyan a las familias y mejoran su calidad de vida.

Alguien dijo que echar de menos es no vivir el presente y
si bien no puedo volver a aquellos veranos de mi niñez, ahora disfruto de las vacaciones a través de Alberto, pasando con él todo el tiempo libre que tengo, sin un reloj que marque cuánto puedo estar o no con él. No se me ocurre mejor manera de pasar el verano.
 




 
 
El verano es sinónimo de viajes, playa, mar... así que he pensado que mi trocito de cielo puede hacer las maletas para viajar hasta Salobreña, en Granada, en el centro de la costa tropical, con sus serpenteantes calles con antiguo sabor árabe, a brisa marina y a rayos de sol que lo blanquean todo.
 



 



 

      

domingo, 15 de junio de 2014

Afortunados

La queja es una amiga infatigable; nos despierta cada mañana cuando vamos a trabajar; espera junto a nosotros en la cola del supermercado; nos acompaña en el atasco de tráfico, al mirarnos al espejo o cuando el ascensor está estropeado. Es el mejor recurso en cualquier conversación y está siempre presente cuando hay un repentino cambio de planes.
Así, poco a poco, entre todos, vamos construyendo nuestro particular mundo de la queja, pero no nos paramos a pensar qué es lo que nos aporta y de qué manera influye en nuestra vida, en nuestras relaciones, ya que, cuando nos quejamos contribuimos a aumentar el malestar a nuestro alrededor; la queja sólo es beneficiosa cuando se convierte en una motivación para superarse y no cuando nos estancamos en ella y no hacemos nada para cambiar. No se trata de que no podamos compartir con los demás aquello que no nos gusta, sino de saber que utilizar continuamente la protesta puede dañar nuestra salud emocional y la de los que nos rodean.
Lo ideal sería entrenarnos en el agradecimiento. Una vez leí que nuestra capacidad de valorar lo que tenemos es lo que nos permite disfrutar plenamente de nuestra existencia, centrándonos en lo que está a nuestra disposición y no en lo que nos falta. Hay un sinfín de pequeñas cosas cotidianas por las que sentirse agradecidos y si nos acostumbráramos a pensar en ellas más a menudo, seguramente venceríamos la tentación de caer en el pesimismo y el lamento.
Naturalmente esto no se consigue de la noche a la mañana, pero si somos conscientes de las veces que nos quejamos por pequeñas cosas sin importancia, poco a poco, seremos capaces de destruir un hábito tan dañino.
Yo creo en ello y, aunque caigo a menudo en esta costumbre, procuro salir de ella teniendo en mente a Alberto; su actitud positiva, la felicidad que expresa cuando sale a pasear, cuando ve a  alguien conocido, cuando come algo que le gusta...hace que sea un referente para mí. El reto está en observar los pensamientos y las palabras que utilizamos para que, en vez de la queja, encontremos algo que agradecer de corazón.
 
 
 
Y hoy, en mi trocito de cielo, esta canción de Manuel Carrasco nos ayudará a darnos cuenta de lo afortunados que somos; mira su letra.

Manuel Carrasco - Soy Afortunado

Tengo una risa con dos añitos
Que quita el sueño
Un pucherito lleno de familia
Que alimenta el alma
Un ladrido en la azotea
Que sin excusas me acompaña
Un recuerdo clavaito en la pared
Que mis miedo los espanta

Tengo un amor, tengo un amor
Que por mis huesos se dejó mi corazón
Tengo otro amor, tengo otro amor
Que peina cana y se apellida igual que yo

Tengo un sueño,
Que ni un pirata ni un gobierno va a romperlo
Tengo un amigo que me acompaña al infierno
Y tengo un beso de madrugá
Que ilumina el alma
Mi compañerita sin ti...
Todo me falta

Un vino, una puesta de sol
Un fandango de Camarón
Que no soy un pobre porque no tenga dinero
No tiene que ver, soy afortunado
Porque los mayores tesoros que tengo
No los he comprao

 
https://www.youtube.com/watch?v=uBap25LNHrE
 
 



jueves, 5 de junio de 2014

Cupido

Los asuntos del amor, la amistad, los romances...son el trabajo del Ángel del Amor.
El Ángel del Amor es el enviado de Dios que cuida de los asuntos del alma para que los caprichos de esta no se interpongan en el crecimiento de los seres humanos. Así ayuda al ser humano a realizar su verdadera misión en esta vida, que es aprender a amar.
A veces al Ángel del Amor se le confunde con Cupido. En algunas ocasiones se le da un nombre propio, como Anael. . También se dice que son muchos los ángeles del amor y que cada uno representa un aspecto de este sentimiento.
 
Los cambios hormonales, psicológicos y emocionales que se producen en la adolescencia hacen que esta etapa de la vida sea un período vulnerable en el que hay un cambio de intereses en el joven, así como una necesidad de independencia y libertad. Se busca una nueva identidad.
Estos cambios se producen también en muchos adolescentes discapacitados, sobre todo cuando su discapacidad intelectual es leve. Sin embargo, cuando esta discapacidad es de un grado mayor, el adolescente no busca esa separación de la imagen adulta y sigue ligado emocionalmente a su familia, a su entorno más cercano, con el que se siente seguro y protegido.
Así que cuando comento a la gente que Alberto está "enamorado", lo hago desde el convencimiento de que este sentimiento no se asemeja al de cualquier joven de su edad, pero sí con la seguridad de que siente algo especial por una niña, hija de nuestros amigos. No quiero decir con ello que sienta amor por ella, pero es cierto que le encanta verla, mirarla y estar a su lado. También en el colegio nos comentan que siente mucho cariño hacia una de sus compañeras, a la que "persigue" todo el día. Este niño se nos ha hecho todo un don Juan.
Tal vez Cupido haya lanzado sus flechas, y es que también los ángeles tienen derecho a sentir, a emocionarse, a ilusionarse. Al fin y al cabo, dice la leyenda, que el propio Cupido vivió su propia historia de amor. 

 



 

 

 Mi trocito de cielo de hoy es todo un temazo, un clásico ya,de Robbie Williams. Os dejo con "Angels". Simplemente preciosa.

https://www.youtube.com/watch?v=luwAMFcc2f8

lunes, 26 de mayo de 2014

Ángelterapia

Cuando te dicen en una consulta médica que tu hijo es discapacitado, sales de allí con la sensación de que, entre tanto lenguaje técnico, tantas palabras que no conoces, un montón de consejos y citas para realizar al niño un sinfín de pruebas, etc..., acaban de darte una noticia que intuyes que no es buena, pero que no eres capaz de comprender en su justa medida. Con el tiempo empiezas a darte cuenta de lo que eso significa y surgen mil sentimientos contradictorios.
Por el camino, mientras intentas adaptarte a todo lo que te está pasando, recorres consultas en las que diferentes profesionales observan, examinan y evalúan a tu hijo ,y cada uno aporta su visión de qué decisiones educativas, médicas y sociales, tienes que tomar respecto a su futuro.
Todos estos profesionales no conviven con las consecuencias de esas decisiones, así que al final eres tú, como padre, el que mejor conoce lo que funciona y lo que no, el que tiene un panorama general y sabe lo que puede venirle bien o mal.
Con Alberto hemos recorrido consultas de pediatras, neurólogos, endocrinos, alergólogos, traumatólogos, otorrinos , urólogos. psicólogos, asistentes de estimulación, logopedas.... cada uno con una manera diferente de entender la medicina y, sobre todo, de atender a una persona discapacitada. Los que están más acostumbrados a tratar pacientes con una problemática similar a la de Alberto, suelen ser más cercanos y comprenden mejor tu situación familiar, los que no, le tratan con cierto temor, caen en la compasión o simplemente no tienen ni idea de cómo enfrentarse a ese caso y, la mayoría de las veces, acaban pidiéndote consejo a ti.
Los padres con niños discapacitados echamos en falta, por estas razones, un servicio médico más globalizado, con profesionales que, además de su especialidad, conocieran un poco mejor las necesidades de estos niños, cómo sus tratamientos pueden afectar, por ejemplo, a las crisis epilépticas o cómo pueden interactuar con los medicamentos que toma a diario. Recuerdo que después de un tratamiento hormonal completo, con inyecciones diarias, leyendo en internet averigüé que ese tipo de hormonas podían influir negativamente en las crisis del niño. Al comentárselo al médico, lo consultó y se dio cuenta de su error. Suspendió el tratamiento inmediatamente, aunque ya solo quedaba una dosis por inyectar. Durante estos diecisiete años, por desgracia, nos hemos encontrado en muchas situaciones similares.
Menos mal que, como en todas las profesiones, en medicina también hay personas maravillosas que se vuelcan en su trabajo, que intentan ayudar a sus pacientes para que su calidad de vida sea la mejor posible, que empatizan con los que sufren y que siguen aprendiendo día a día para atender con calidad a los que acuden a su consulta.
 
 
Para mi trocito de cielo hoy he elegido las Bienaventuranzas del discapacitado, de las hermanas Felicitas de Córdoba.
 
 
Bienaventurados los que comprenden
Mi extraño paso al caminar y mis manos torpes”
“Bienaventurados los que saben que mis oídos
Tienen que esforzarse para comprender lo que oyen”
“Bienaventurados los que miran y no ven la comida
Que dejo caer fuera del plato”
“Bienaventurados los que nunca me recuerdan
Que hice hoy dos veces la misma pregunta”
“Bienaventurados los que comprenden
Que me es difícil convertir en palabras lo que pienso”
“Bienaventurados los que me escuchan
Pues yo también tengo algo que decir”
“Bienaventurados los que me respetan y me aman
Como soy yo, no como ellos quisieran que fuera”
“Bienaventurados los que saben lo que siente mi corazón
Aunque no pueda expresarlo…”
 
 

jueves, 15 de mayo de 2014

Borrando sueños

Ser maestra es ponerse cada mañana el vestido de la imaginación y la ilusión para llevar a tu clase un pedacito de ti. Siendo maestra he conocido un mundo firmado por montones de opiniones diferentes, que me han permitido darme cuenta que uno no tiene la verdad absoluta y que mis asuntos nunca son más importantes que los de los demás ,o que mis problemas nunca son más graves que los de cualquier otra persona. En mi clase he aprendido más, que enseñado.
A lo largo de estos años he guardado en los bolsillos de mi bata de profesora tantos recuerdos como niños he conocido y ellos han sido los principales culpables de que no haya tenido tiempo para lamentarme por los avatares de la vida. Cuando entras en la clase, tu mundo  pasa a ser el suyo y no puedes, ni debes, cargar en sus mochilas tus preocupaciones.
Hoy, sin embargo, me gustaría compartir algo con vosotros. En esta semana, el grupo de alumnos de segundo de bachillerato se gradúa. Podría parecer una graduación más, como todas las que se celebran en el colegio año tras año, pero siempre relacioné a esta promoción con Alberto, por su edad y por su relación con algunos niños del grupo, así que, aunque escriba siempre en estas páginas sobre la entereza y la fuerza para afrontar su discapacidad, hoy  no puedo  dejar de pensar lo bonito que hubiera sido ponerle la beca, abrazarle en un día así y verle rodeado de sus compañeros.
Sé que Alberto se gradúa todos los días en cariño, en paciencia, en ternura y en mil cosas más, y con eso me basta, así que pido perdón a la vida cuando me dejo llevar por emociones como esta, pero todos, queramos o no, al tener un hijo, proyectamos en él nuestros anhelos y sueños, y no siempre es fácil borrar de tu corazón todo aquello que imaginaste.
Por ello, mañana será un día de sentimientos encontrados, aunque sé que celebraré con orgullo el comienzo de una nueva época para estos chicos y chicas que, un día, llegaron al colegio con cara de asustados  de la mano de unos papás más asustados aún, pero que suplieron mi tristeza con sus sonrisas y su inocencia.

 
En mi trocito de cielo, una historia de coraje y fuerza narrada por una mujer que, pese a su discapacidad, es capaz de sonreírle a la vida con un humor increíble.