domingo, 29 de junio de 2014

Veraneangelando

Recuerdo aquellos largos veranos de mi infancia en los que el tiempo parecía infinito y los niños jugábamos en la calle sin preocupaciones, con el único afán de disfrutar del tiempo libre al máximo. Recuerdo mis temporadas en el pueblo o las larguísimas tardes con mis amigos en la calle, cuando el tiempo se detenía y la imaginación se hacía dueña de tantos momentos.  Así transcurrían nuestros veranos, sin relojes que repartieran nuestras mañanas  entre campamentos, talleres o actividades lúdicas.  Pero los tiempos han cambiado y los padres ahora buscamos cómo "entretener" a nuestros hijos, pues con el verano llega también la preocupación de muchos padres por saber cómo conciliar la vida familiar y la vida laboral.
 
Por suerte, cada vez son más los servicios y programas que ofrecen actividades de ocio y tiempo libre para discapacitados, aunque siguen siendo insuficientes, sobre todo para discapacitados sin autonomía física.
El ocio de las personas con discapacidad debería tener las mismas características que el de cualquier otra persona, puesto que también es importante para su desarrollo  y  bienestar .
Es importante no olvidar a las familias, ya que son las que soportan en mayor medida la tarea de cuidar a un discapacitado, en detrimento de su propio tiempo libre. Si las personas dependientes cuentan con un tiempo de ocio,también lo es para aquellos que viven por y para su hijo, hermano o padre, con lo que a menudo renuncian a su tiempo libre por consagrar cada minuto a su familiar. 
Alberto acude en estos días al colegio de verano, en el que realiza, junto con otros niños, actividades lúdicas, juegos, talleres de cocina, se baña en la piscina ....
Estos campamentos urbanos están, en muchos casos, dirigidos por personal voluntario, gente generosa que prefiere ocupar parte de sus vacaciones en ayudar a niños y jóvenes con discapacidad, gente comprometida que ofrece su tiempo y su cariño a aquellos que lo necesitan. Con ello facilitan y apoyan a las familias y mejoran su calidad de vida.

Alguien dijo que echar de menos es no vivir el presente y
si bien no puedo volver a aquellos veranos de mi niñez, ahora disfruto de las vacaciones a través de Alberto, pasando con él todo el tiempo libre que tengo, sin un reloj que marque cuánto puedo estar o no con él. No se me ocurre mejor manera de pasar el verano.
 




 
 
El verano es sinónimo de viajes, playa, mar... así que he pensado que mi trocito de cielo puede hacer las maletas para viajar hasta Salobreña, en Granada, en el centro de la costa tropical, con sus serpenteantes calles con antiguo sabor árabe, a brisa marina y a rayos de sol que lo blanquean todo.
 



 



 

      

domingo, 15 de junio de 2014

Afortunados

La queja es una amiga infatigable; nos despierta cada mañana cuando vamos a trabajar; espera junto a nosotros en la cola del supermercado; nos acompaña en el atasco de tráfico, al mirarnos al espejo o cuando el ascensor está estropeado. Es el mejor recurso en cualquier conversación y está siempre presente cuando hay un repentino cambio de planes.
Así, poco a poco, entre todos, vamos construyendo nuestro particular mundo de la queja, pero no nos paramos a pensar qué es lo que nos aporta y de qué manera influye en nuestra vida, en nuestras relaciones, ya que, cuando nos quejamos contribuimos a aumentar el malestar a nuestro alrededor; la queja sólo es beneficiosa cuando se convierte en una motivación para superarse y no cuando nos estancamos en ella y no hacemos nada para cambiar. No se trata de que no podamos compartir con los demás aquello que no nos gusta, sino de saber que utilizar continuamente la protesta puede dañar nuestra salud emocional y la de los que nos rodean.
Lo ideal sería entrenarnos en el agradecimiento. Una vez leí que nuestra capacidad de valorar lo que tenemos es lo que nos permite disfrutar plenamente de nuestra existencia, centrándonos en lo que está a nuestra disposición y no en lo que nos falta. Hay un sinfín de pequeñas cosas cotidianas por las que sentirse agradecidos y si nos acostumbráramos a pensar en ellas más a menudo, seguramente venceríamos la tentación de caer en el pesimismo y el lamento.
Naturalmente esto no se consigue de la noche a la mañana, pero si somos conscientes de las veces que nos quejamos por pequeñas cosas sin importancia, poco a poco, seremos capaces de destruir un hábito tan dañino.
Yo creo en ello y, aunque caigo a menudo en esta costumbre, procuro salir de ella teniendo en mente a Alberto; su actitud positiva, la felicidad que expresa cuando sale a pasear, cuando ve a  alguien conocido, cuando come algo que le gusta...hace que sea un referente para mí. El reto está en observar los pensamientos y las palabras que utilizamos para que, en vez de la queja, encontremos algo que agradecer de corazón.
 
 
 
Y hoy, en mi trocito de cielo, esta canción de Manuel Carrasco nos ayudará a darnos cuenta de lo afortunados que somos; mira su letra.

Manuel Carrasco - Soy Afortunado

Tengo una risa con dos añitos
Que quita el sueño
Un pucherito lleno de familia
Que alimenta el alma
Un ladrido en la azotea
Que sin excusas me acompaña
Un recuerdo clavaito en la pared
Que mis miedo los espanta

Tengo un amor, tengo un amor
Que por mis huesos se dejó mi corazón
Tengo otro amor, tengo otro amor
Que peina cana y se apellida igual que yo

Tengo un sueño,
Que ni un pirata ni un gobierno va a romperlo
Tengo un amigo que me acompaña al infierno
Y tengo un beso de madrugá
Que ilumina el alma
Mi compañerita sin ti...
Todo me falta

Un vino, una puesta de sol
Un fandango de Camarón
Que no soy un pobre porque no tenga dinero
No tiene que ver, soy afortunado
Porque los mayores tesoros que tengo
No los he comprao

 
https://www.youtube.com/watch?v=uBap25LNHrE
 
 



jueves, 5 de junio de 2014

Cupido

Los asuntos del amor, la amistad, los romances...son el trabajo del Ángel del Amor.
El Ángel del Amor es el enviado de Dios que cuida de los asuntos del alma para que los caprichos de esta no se interpongan en el crecimiento de los seres humanos. Así ayuda al ser humano a realizar su verdadera misión en esta vida, que es aprender a amar.
A veces al Ángel del Amor se le confunde con Cupido. En algunas ocasiones se le da un nombre propio, como Anael. . También se dice que son muchos los ángeles del amor y que cada uno representa un aspecto de este sentimiento.
 
Los cambios hormonales, psicológicos y emocionales que se producen en la adolescencia hacen que esta etapa de la vida sea un período vulnerable en el que hay un cambio de intereses en el joven, así como una necesidad de independencia y libertad. Se busca una nueva identidad.
Estos cambios se producen también en muchos adolescentes discapacitados, sobre todo cuando su discapacidad intelectual es leve. Sin embargo, cuando esta discapacidad es de un grado mayor, el adolescente no busca esa separación de la imagen adulta y sigue ligado emocionalmente a su familia, a su entorno más cercano, con el que se siente seguro y protegido.
Así que cuando comento a la gente que Alberto está "enamorado", lo hago desde el convencimiento de que este sentimiento no se asemeja al de cualquier joven de su edad, pero sí con la seguridad de que siente algo especial por una niña, hija de nuestros amigos. No quiero decir con ello que sienta amor por ella, pero es cierto que le encanta verla, mirarla y estar a su lado. También en el colegio nos comentan que siente mucho cariño hacia una de sus compañeras, a la que "persigue" todo el día. Este niño se nos ha hecho todo un don Juan.
Tal vez Cupido haya lanzado sus flechas, y es que también los ángeles tienen derecho a sentir, a emocionarse, a ilusionarse. Al fin y al cabo, dice la leyenda, que el propio Cupido vivió su propia historia de amor. 

 



 

 

 Mi trocito de cielo de hoy es todo un temazo, un clásico ya,de Robbie Williams. Os dejo con "Angels". Simplemente preciosa.

https://www.youtube.com/watch?v=luwAMFcc2f8