jueves, 20 de febrero de 2014

El salto del ángel

La cascada Salto Ángel, también conocida como Salto del Ángel, es una enorme columna de agua  que brota furiosamente de la imponente pared de roca del tepuy Auyantepuy, en el parque nacional de Canaima, Venezuela, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Esta enorme catarata, la más alta del mundo, ha vivido siempre envuelta en un halo de magia. Los nativos de aquella tierra consideraban al Auyantepuy, la Montaña del Infierno, pues, según ellos, albergaba a espíritus malignos.
Hoy sabemos que la fuerza de esta catarata no se debe a ningún diablo, sino a la fuerza del agua de las intensas lluvias tropicales que se concentran allí.
 
 
 
La epilepsia, al igual que el Salto del Ángel, acumula gran cantidad de creencias y errores, basados en la superstición, prejuicio o ignorancia. Durante siglos se pensó que se trataba de una manifestación de la posesión demoniaca y aunque los científicos han ofrecido explicaciones más "reales" de este trastorno, sigue conociéndose muy poco sobre él.
Tal vez, por esta razón, la epilepsia sigue produciendo temor y, por qué no decirlo, cierto rechazo entre la gente. Aquello que nos es desconocido, nos da miedo y preferimos alejarnos de ello.
La epilepsia es la característica clínica más reconocida del síndrome del cromosoma 20 en anillo y en la mayoría de los casos es intratable y resistente a los medicamentos.
Alberto comenzó a tener crisis con un año y medio; al comienzo eran esporádicas, pero luego fueron aumentando en número e intensidad y en la actualidad sufre episodios epilépticos dos o tres veces al día, lo cual ha supuesto un deterioro importante en su actividad cerebral.
Poco a poco hemos ido aprendiendo a convivir con las crisis, aunque no es fácil; el día a día gira muchas veces alrededor de que el niño tenga o no un ataque, de cómo sea su estado después de un episodio, de procurar no perderle de vista para evitar caídas bruscas producidas por una crisis súbita....
También hemos tenido que "ignorar" las miradas indiscretas cuando Alberto ha sufrido una crisis en la calle o en un lugar público, así como la falta de solidaridad de algunas personas para ayudarnos a buscar un lugar dónde acomodarle en estas situaciones.
Me produce mucha tristeza saber que muchas de las personas que padecen este trastorno, se ven obligadas a ocultarlo para evitar el rechazo y la incomprensión que aún provocan mitos y leyendas.


 




Os dejo hoy, en mi trocito de cielo, el corto "Cuerdas", del director Pedro Solís García, que fue galardonado con el premio Goya al mejor corto de animación hace sólo unos días. Seguro que os conmueve esta historia de amistad, generosidad e inocencia.

https://www.youtube.com/watch?v=4EVmmGlqcyA
 

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